Cada cierto tiempo, los piratas informáticos se hacen con un volumen considerable de las contraseñas de un servicio.
El gigante tecnológico Yahoo, la cadena de hoteles Marriot o la aerolínea British Airways, son algunas de las compañías que han sufrido recientemente brechas de seguridad y filtraciones masivas de datos de sus usuarios.
Pero por si esta amenaza fuera poca, la elección de contraseñas como "12345678", "123123" o "abc123", tres de las más usadas por los internautas, se lo pone muy fácil a quien quiera acceder a tus cuentas sin permiso.
Si quieres saber si la que escogiste se ha visto comprometida en algún momento, solo tienes que instalar una extensión a Chrome, el buscador de Google que también está disponible para Android.
Password Checkup es el servicio oficial del gigante de Silicon Valley que es capaz de decirte si tu contraseña se ha filtrado en internet y por lo tanto, si eres más vulnerable a que te roben datos aún más comprometidos.
Se necesita la versión 67 de Chrome o una superior, pero una vez instalada, esta extensión es muy fácil de usar.
Cuando naveguemos por internet e intentemos iniciar sesión en cualquier servicio, Google te dirá inmediatamente si tu usuario y contraseña aparecen en una falla de seguridad de datos de la que la compañía tiene constancia.
En la práctica, el navegador compara la entrada con una lista de contraseñas hackeadas y si intentas ingresar una que esté en esa lista, el servicio te alertará.
Lo bueno es que la extensión funciona en segundo plano.
Solo si detecta que estás en riesgo, te envía una notificación.
"Si utilizas el mismo nombre de usuario y la misma contraseña en otras cuentas, cambia la contraseña de esas cuentas también", dice Google.
¿Por qué es importante saber si los hackers saben tu contraseña?
Primero, para asegurarnos de que nadie accede a uno de nuestros servicios con ellas.
Una vez dentro, podrían cambiar nuestras configuraciones, restablecer la contraseña y hacerse por completo con el control de la cuenta ya sea de Spotify, de Netflix o de Amazon, por poner algún ejemplo.
También podrían obtener más información personal (domicilio, teléfono, fecha de nacimiento...).
Segundo, una brecha en nuestra seguridad puede dar acceso a muchas otros datos más delicados, como la cuenta bancaria con la que podrían robarnos dinero o el número de la seguridad social, con el que pueden suplantarnos la identidad.
Pereza y comodidad suelen ser las razones por las que los usuarios usan contraseñas fáciles o no las cambian nunca.
Hace unos años, un estudio revelaba que un 30% de trabajadores estadounidenses apuntaba sus contraseñas en unpapel que guardaban cerca dela computadora.
Otro 66% lo hacía en un archivo dentro de la máquina o en su celular.
Dos muy malas ideas si queremos proteger nuestra intimidad.
Lo mejor, dicen los expertos, sigue siendo cambiar nuestras contraseñas con regularidad.
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