Hasta la primera semana de mayo de 2023, la idea es estimular las lluvias para el beneficio de las presas del Cutzamala por medio del bombardeo de nubes. En este contexto, llama la atención la empresa RainMaker, un proyecto del ingeniero químico mexicano Manuel Mustieles, quien se basa en la nanotecnología para mejorar el sembrado de nubes.
Explica que en 2019 fue invitado por la Comisión Nacional de Zonas Áridas (CONAZA) con el fin de fabricar un activo para generar lluvia. “Mi participación fue hacer una solución nanotecnológica de yoduro de plata en solventes orgánicos”, refiere.
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Al ser un agente criogénico, capaz de enfriar intensamente, el compuesto químico se ha utilizado para que el vapor de agua se convierta en líquido (lluvia), de acuerdo con Mustieles.
Su aporte viene en la forma de aplicar en las nubes el yoduro de plata. Indica que su solución, cristales de yoduro de plata, no demanda el uso de bengalas para la estimulación de lluvia.
“Estamos usando las herramientas modernas que la química nos ha ofrecido en estos últimos años para una aplicación muy concreta: sembrar una cantidad mucho mayor de nubes respecto a lo que se puede lograr con otras técnicas”, acota.
En el papel, igualmente se requiere de una aeronave, la cual debe tener un aparato con el propósito de asperjar la solución en “el seno de la nube”. En otras palabras, es como si se “fumigara” la nube, explica el especialista.
De acuerdo con Mustieles, “ya podemos hablar de que tenemos una tecnología mexicana con solicitud de patente para la siembra de nubes”.
Expone que, en octubre de 2022, la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (WIPO, por sus siglas en inglés) publicó la solicitud.
“El estatus actual es una patente pendiente publicada, lo que ya confiere protección de la ley. Quien quiera sembrar una nube con una solución orgánica de yoduro de plata, deberá emplear la mía”, asegura.
Efectividad de la solución
La fórmula de RainMaker se ha puesto a prueba desde 2019 con distintos vuelos, los cuales lograron aumentos de lluvia en las zonas tratadas de por lo menos 25%, sostiene Mustieles.
“Se demostró estadísticamente que hay un incremento en la cantidad de agua que se precipita provocado por la intervención humana mediante el activo de RainMaker”, añade.
El ingeniero químico asegura que “estamos dispuestos a licenciar y venderle el producto” a toda entidad que quiera hacer llover en México. Asimismo, declara que existen pláticas con países de Asia y Estados Unidos, que están interesados en la solución.
“Soy un científico que comercializa sus inventos, y hoy tenemos una herramienta con la cual podemos combatir el cambio climático de una manera eficiente”, finaliza Mustieles.
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