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Los apagones son comunes durante la época de lluvias, sin importar la intensidad de estas. El problema de que se vaya la luz es que suele ocasionar variaciones de voltaje que llegan a provocar cortocircuitos y hasta “freír” los electrodomésticos y aparatos electrónicos que hoy son muy relevantes en nuestra vida diaria, por ello es que protegerlos de descargas eléctricas debería ser una prioridad en los hogares.
Pero, ¿por qué podrían quemarse los dispositivos? La respuesta es sencilla. En palabras de Miguel Monterrosas, director de soporte técnico en la empresa Tripp Lite, “por la infraestructura que actualmente tenemos en la calle, con mucho cableado. Cuando llueve se llegan a afectar las conexiones haciendo que los cables se junten y provocando los cortocircuito”, explicó el experto.
No es poco común que los ciudadanos sean testigos de cortocircuitos o transformadores que “truenan”. Lo que sucede es que los cables se juntan debido a la corriente de aire y hay energía descontrolada que llega a los negocios o a las casas. “El que se presenten apagones es algo que el usuario no puede controlar”,
comentó Monterrosas.
La situación puede parecer común pero el riesgo de falla de los dispositivos es alto cuando se recupera del servicio eléctrico. “Mucha gente no sabe que cuando regresa la energía después de un apagón se presentan variaciones muy intensas en el voltaje de la energía eléctrica y los dispositivos electrónicos, muchas veces, no resisten estas descargas súbitas y por eso se queman”, explicó el directivo de Tripp Lite.
Para evitar pérdidas de equipos electrónicos o de ese trabajo importante que se estaba realizando cuando se interrumpió el suministro de energía eléctrica, se pueden seguir las siguientes recomendaciones:
1) Revisar la instalación eléctrica. Este paso es importante para asegurar que el circuito sea el adecuado y tenga la capacidad suficiente como para soportar la cantidad de dispositivos conectados a la energía.
2) Instalar tierras físicas. La tierra física es, como su nombre indica, una conexión directa a la tierra para proteger al ser humano y a los dispositivos. Su función es desviar hacia la tierra las descargas eléctricas que, dependiendo de su intensidad, pudieran ocasionar hasta una electrocución.
3) Identificar los tipos básicos de protección. Existen tres tipos de equipos para resguardar los electrónicos de descargas: el supresor de sobretensiones, el regulador y el no break o UPS, este último es el más completo.
4) Definir cuáles serán los dispositivos a proteger. Hay que identificar en qué parte del
hogar o negocio hay más aparatos electrónicos y, con base en ello, elegir el tipo de equipo que se utilizará para mantenerlos a salvo.
5) Acercarse a los expertos. Si aún se tienen dudas sobre cuál dispositivo de protección podría funcionar mejor en casos específicos, se pueden acercar a los expertos. En la página web de Tripp Lite se brinda asesoría a los usuarios sin ningún costo.
6) Invertir en protección de buena calidad. Buscar dispositivos de marcas reconocidas en el mercado que garanticen un buen resguardo de las variaciones en energía eléctrica.
Por último, Monterrosas advirtió que mucha gente sólo decide proteger sus dispositivos electrónicos una vez que ya han pasado por un problema, desde quedarse sin conexión a internet durante una partida de videojuegos en línea hasta perder totalmente su funcionamiento tras una descarga, “por ello es mejor prevenir que lamentar”, destacó.