Se nos aconseja que nunca debemos abandonar nuestros sueños. Pero ¿trabajar duro durante 22 años para lograrlo? Eso podría ser demasiado.
No lo fue para Ash Ketchum, el protagonista de la serie animada Pokémon, quien este fin de semana (y después de más de mil episodios) se convirtió, por fin, en maestro Pokémon.
Por supuesto, Ash es un personaje de dibujos animados y los Pokémon no son reales.
Pero para muchos fanáticos de la serie, este es un gran momento.
Ash intentó ser el mejor desde 1997. Y ahora, en el último episodio del animé, ganó finalmente la liga Alola Pokémon. Esto, a pesar de que por muy cerca que estuviera de ganar el campeonato, este joven perseverante y entusiasta siempre acababa perdiendo.
"La lección es recuperarse y seguir adelante"
Pero eso —y Pikachu, obviamente—, siempre fue parte de la atracción de la serie.
"Pokémon fue una gran fantasía para mí, pero también me enseñó a que no necesariamente tenía que ser el mejor siempre, que eso también estaba bien", dice el inglés Jake Saunders, de 27 años, a BBC Radio 1 Newsbeat.
"Dicho de otra forma, me enseñó a que ser un perdedor estaba bien. La lección importante es recuperarse, hacer frente a los golpes y seguir adelante".
Por su parte, Laura Kate Dale, también proveniente de Inglaterra, afirma que el personaje de Ash le demostró que, aún fallando, podía ser "digno de elogio".
"Siempre fue el desvalido, la mitad de las veces que ganó medallas de gimnasia fue porque hizo algo bueno y no porque fuera el mejor peleando", señaló la joven de 28 años a BBC Newsbeat.
"Hubo algo realmente hermoso en verlo crecer: que está bien si no eres el más fuerte, el más calificado, siempre y cuando sigas tratando de ser la mejor persona posible para los que te rodean", agregó.
Aprender a lidiar con problemas reales
Es fácil calificar a la franquicia de Pokémon solo como un juego que hizo a muchos buscar un Nidoqueen o un Vulpix en el parque 2016, cuando se lanzó Pokemon Go.
Sin embargo, lo cierto es que la serie animada ayudó a personas como Kate y Jake a lidiar con problemas graves de la vida real.
Kate asegura que un episodio en el que Ash conoció a un Charmander (una especie de pequeño Pokémon, rojo y con cola de fuego) abandonado por su entrenador original, se ha quedado en su memoria hasta el día de hoy.
"En ese momento, yo era una niña que lidiaba con el hecho de que mi padre biológico se había ido y no parecía importarle", dice la joven.
"La historia del episodio se trató sobre aprender a seguir adelante después de que alguien que supuestamente cuidaba de ti simplemente desaparecía. Fue muy lindo aprender algo que de niño era realmente difícil de comprender", afirma Kate.
"Y, en eso, la serie Pokémon era realmente buena porque contaba historias de maneras digeribles para los niños", agrega.
Un cierre "maravilloso"
Pero esos niños, Kate y Jake, ahora son adultos.
Jake —que se autodefine como un "hombre-niño" a pesar de estar en el proceso de comprar una casa— dice que ver a Ash alcanzando su sueño de convertirse en maestro Pokémon le recuerda a lo que ahora le está sucediendo a él.
"Tenía unos ocho o nueve años cuando comencé a verlo. La historia transcurrió casi en paralelo a mi propia vida. Creo que muchos jóvenes pueden decir lo mismo", dice.