Una década en el sector tecnológico equivale a siglos en cuanto a desarrollo, investigación y experiencia de usuario se refiere. Que un producto se mantenga innovando y presente en las preferencias del consumidor es un logro que pocos pueden presumir.
La familia Moto G del fabricante Motorola redefinió el mercado de smartphones al introducir un nuevo segmento al mercado: la gama media. Este 2023 la línea Moto G cumplió 10 años y Motorola lo festejo invitando a medios internacionales a conocer la planta donde se manufactura esta familia de smartphones ubicada en Campina, ciudad a unos 60 kilómetros de Sao Paulo en Brasil.
“Con Moto G cambiamos las reglas del juego en el mercado de celulares, antes de 2013 si querías comprar un smartphone sin gastar mucho tenías dos opciones: o comprabas el modelo de entrada con pocas especificaciones y características o esperabas un año a comprar el flagship del año anterior a un precio reducido porque ya era un teléfono obsoleto. Con Moto G nuestra propuesta de mercado fue la de ofrecer un smartphone con grandes prestaciones a un precio accesible y con un rendimiento muy parecido al de un teléfono flagship, creamos el segmento de gama media y nuestra apuesta probó ser la correcta, la gama media es una de las más competitivas en el mercado”, nos dijo José Cardoso, Vicepresidente de Motorola para Latinoamérica.
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Y realmente la apuesta ha sido un gran acierto para Motorola que en estos 10 años ha vendido 200 millones de unidades del Moto G y de 2013 a la fecha ha incrementado 3 veces su participación de mercado en Latinoamérica el cual representa el 20% para la región, mientras que en Brasil, su mercado más grande, esta participación representa el 30% y en México Moto G participa del 20% del mercado de gama media.
“Moto G ha sido un factor que ha cimentado la presencia de Motorola en Latinoamérica, la identificación de la marca y el reconocimiento de la familia de teléfonos tiene una gran huella en los consumidores, la relación calidad-precio de esta familia ha logrado que los consumidores cuando cambian de teléfono buscan un Moto G para reemplazarlo”, agregó José Cardoso.
Uno de los puntos clave para mantener esta estrategia y para prepararse para el futuro es la planta de ensamblaje de Campinas, la más grande de las dos que Motorola tiene en Brasil (la otra está en Manaus) y que está dedicada al 100% a la fabricación del portafolio de Moto G y que está concesionada a Flex un integrador de tecnología.
Las instalaciones cuentan con líneas de producción que producen un Moto G cada 1,5 segundos. El tiempo total en que un smartphone se transforma de poco más de mil componentes colocados en bandejas de plástico, hasta ser un teléfono totalmente funcional, empacado y listo para ser mandado a punto de venta es de apenas 40 minutos.
Los procesos de la planta están casi totalmente automatizados, lo mismo se encuentran robots cortadoras separando placas madre, que brazos robóticos que utilizan códigos QR para medir la profundidad de campo de las cámaras, apenas han sido montadas.
“Antes teníamos que tomarnos una selfie para calibrar la cámara” dice uno de los gerentes de la fábrica “el proceso ahora dura apenas un par de segundos y es más ágil”.
Algunos otros procesos, como la inserción de la tarjeta SIM o la colocación del cableado que une los módulos con la tarjeta madre, así como la inspección final aún está a cargo de los humanos.
Fabricar un teléfono cada segundo solo es una parte de lo que esta fábrica hace, ya que cuenta con capacidad para instalar el sistema operativo y hacer pruebas de resistencia a golpes y caídas y de resistencia al agua previo a ser metido en su empaque.
“En nuestro control de calidad, tener el teléfono en pallets no es el fin del proceso, aquí en la fábrica se abren al azar 5% de las cajas producidas y se buscan defectos o fallos, si no se encuentran, se le transfieren a Motorola y ellos abren al azar otro 5% de las cajas, si aparece algún defecto en cualquiera de esas dos inspecciones todo el lote se regresa”.
Las instalaciones producen en promedio 40 mil teléfonos al día.
Otra de las apuestas de Motorola de cara al futuro de la marca y de Moto G es su estrategia de innovación desde la implementación de Inteligencia Artificial que se ejecuta desde el teléfono sin necesidad de conexión a Internet, que lo mismo puede ocultar información sensible de una imagen o captura de pantalla, que puede resumir textos a la extensión que el usuario desee, hasta su alianza con más de 1,200 ingenieros que se encuentran distribuidos en las principales universidades y centros de investigación de Brasil.
Uno de estos centros, el Instituto El Dorado, acoge a 600 de ellos, que se enfocan principalmente en desarrollos de redes 5G y nuevas tecnologías, Internet de las Cosas, frecuencias y espectro radioeléctrico e investigación en imagen.
Los laboratorios de imagen que tiene Motorola en El Dorado ponen a prueba las cámaras, el sensor y el procesador de imagen para entender cómo se comporta la cámara bajo diferentes escenarios. Para ello utilizan escenas cotidianas que son iluminadas con diferentes tipos de fuentes de luz: LED, focos incandescentes, luz neón, luz blanca e incluso reflectores.
“Nuestro objetivo es poner a prueba el procesador de imagen, conocemos como “ve” el procesador de imagen, porque bajo cierta iluminación la foto sale mejor o peor ya que queremos que la foto que capturen nuestros teléfonos sean lo más cercano a la realidad, no queremos meter por medio de procesamiento colores o cosas que no están en la foto, pero al mismo tiempo tenemos que lograr que las fotos tengan colores vibrantes, que se vean espectaculares, porque al final el usuario quiere eso, quiere sacar su teléfono y disparar una foto que luzca increíble en sus redes sociales. Así que lo que Motorola hace en este instituto es lograr un análisis completo del procesador de imagen para poder entregar este balance ideal”, señaló Leo Mendonca, jefe de ingenieros del Laboratorio de Imagen.
En el Instituto El Dorado, Motorola tiene también dos cámaras que aislan el sonido, una de ellas incluso puede bloquear toda señal radiofónica y se utiliza para investigar si un nuevo modelo de teléfono o un nuevo componente de radio es susceptible a crear interferencia con otros equipos.
Moto G cumple una década de ser el Prometeo de los smartphones, tomó la tecnología inalcanzable de los teléfonos de gama alta y la puso en manos de las personas democratizando el uso del smartphone. A diez años, Moto G ha evolucionado a una familia que lo mismo tiene sus propios teléfonos premium como el Moto G54, que mantiene su esencia con teléfonos más asequibles para todos, la apuesta de hace 10 años es la que ha trazado la investigación, desarrollo e inversiones que Motorola ha realizado en Brasil para abrir el camino para la segunda década de esta familia de smartphones.
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