Este concepto - human augmentation - “ tiene amplias repercusiones en la sociedad, especialmente en la educación y el trabajo”. Según Kaspersky, “algunos destacados pensadores tecnológicos sugieren que los chips implantados en el cerebro podrían ayudar a abordar los problemas de salud mental y aumentar el rendimiento”.
Sin embargo, también se han planteado muchas preguntas al respecto; el aumento de la inteligencia y la capacidad cerebral podrían hacer surgir diferentes cuestiones éticas y prácticas.
Por ejemplo: ¿Es seguro desde el punto de vista de la salud? ¿Es ético? Es decir, ¿deberían los padres permitir que se mejore el cerebro de sus hijos para darles mayor ventaja en el colegio? ¿Aportará a las personas una ventaja injusta en el trabajo y, por lo tanto, creará una brecha digital aún mayor?
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En un comunicado, el director del equipo de Investigación y Análisis para Europa en Kaspersky, Marco Preuss, dijo que "la seguridad será una preocupación clave a medida que se desarrolle el human augmentation. Existe el riesgo de que esta tecnología avance fuera del control de los gobiernos u otros organismos reguladores, lo que es potencialmente peligroso para la humanidad”.
Y agregó: “es algo a lo que debemos prestar mucha atención a medida que se desarrolla. Por ejemplo, en Kaspersky, investigamos previamente cómo los chips implantados en el cerebro podrían ser utilizados por actores maliciosos para hackear y luego explotar la memoria de un individuo. El aumento del cerebro abre una gama verdaderamente asombrosa de potenciales amenazas cibernéticas".