Todos hemos soñado con una vida llena de lujos en donde no tengamos que preocuparnos por cómo llegar al final de la quincena. Con fiestas en nuestro lujoso yate , viajes en avión privado y una mansión con alberca y cine. Pocas personas en el mundo tienen todo eso, entre ellos, los magnates de la tecnología. Pero siempre hay una parte negativa y, en este caso, podemos mencionar el impacto ambiental.
Elon Musk de Tesla
y SpaceX , entre otras empresas, y Jeff Bezos de Amazon han estado compitiendo por la posición de la personas más rica del mundo con fortunas que superan los 150 mil millones de dólares. Pero ese nivel de riqueza tiene un lado que pocas veces se ha analizado y es que los convierte en personas mucho más contaminantes.
Un estudio de la Universidad de Indiana y publicado en The Conversation se dedicó a analizar cómo la riqueza de grandes empresarios, entre ellos los de la tecnología se traduce en su huella de carbono y descubrió que esta puede ser hasta miles de veces más alta en comparación con alguien promedio.
Y es que los ricos poseen yates, aviones y múltiples mansiones , todo lo cual aporta gases de efecto invernadero a la atmósfera. Por ejemplo, un superyate con tripulación permanente, helipuerto y alberca, emite alrededor de 7 mil toneladas de CO2 al año, lo que lo convierte en el peor activo que se puede poseer desde un punto de vista medioambiental.
Los más contaminantes
Para entender el impacto de los millonarios , el estudio señala que una persona promedio en los Estados Unidos emitió alrededor de 15 toneladas de CO2 en 2018. Aunque la huella global promedio es más pequeña, de aproximadamente 5 toneladas por persona.
En cambio, los 20 magnates analizados, entre los que se encontraron los grandes de la tecnología , generaron un promedio de 8 mil 190 toneladas de CO2 en 2018. Aunque, aclararon, algunos produjeron muchos más gases de efecto invernadero, tal es el caso de Roman Abramovich, que hizo la mayor parte de su fortuna comerciando petróleo y gas, y fue el mayor contaminador de la lista.
Solo considerando a los grandes personajes de la tecnología, la lista incluye a Larry Ellison, el fundador de Oracle, que se colocó en el lugar siete del ranking con 9 mil 166 toneladas de CO2; le sigue Bill Gates, con 14 mil 988 toneladas; después está Michael Dell, fundador y CEO de Dell, con 7 mil 53 toneladas; Serguéi Brin quien, junto a Larry Page, fundó Google , registró 6 mil 883 toneladas; luego está Larry Page, con 5 mil 249; pasamos hasta el lugar 16 donde está Eric Schmidt, exdirector ejecutivo de Google, quien lanzó alrededor de 3 mil 185 toneladas de CO2; en el sitio 17 está Jeff Bezos, fundador de Amazon con 2 mil 224 toneladas; y a él el sigue Elon Musk con 2 mil 84.
Solo como dato adicional en el lugar 17 está el mexicano Carlos Slim con 2 mil 511 toneladas de CO2.
Bill Gates y Elon Musk, contaminantes pero conscientes
El estudio destaca el caso de Bill Gates, actualmente la cuarta persona más rica del mundo quien es un contaminador “modesto” en comparación con los estándares de los multimillonarios , entre las razones de ello es que no cuenta con un yate gigante, pero sus cifras son altas debido a sus viajes en jets privados.
Respecto a su vivienda en la década de 1990, Gates construyó Xanadu en Washington, una casa que cubre 6 mil 131 metros cuadrados, con un garaje para 23 autos, un cine para 20 personas y 24 baños. También es propietario de al menos otras cinco viviendas en el sur de California, las islas de San Juan en el estado de Washington, North Salem, Nueva York y la ciudad de Nueva York, así como una granja de caballos, cuatro jets privados, un hidroavión y "una colección" de helicópteros. Aunque vale la pena aclarar que tiene diversas iniciativas ambientales y compra bonos para compensar su huella de carbono.
Por su parte, Elon Musk tiene una huella de carbono sorprendentemente baja considerando que es la segunda persona más rica del mundo. La razón es que no tiene un superyate y dice que ni siquiera se va de vacaciones. Sin embargo, se consideraron sus ocho casas y un jet privado. Aunque, si el estudio se realizara este año sus niveles serían mucho menores pues en 2020 vendió todas sus mansiones y prometió deshacerse del resto de sus posesiones terrenales.
¿Cómo hicieron el estudio?
La publicación realizó el análisis tomando como referencia a los multimillonarios de la Lista Forbes 2020 de las personas más ricas del mundo. Para hacerlo lo más fiable posible, solo consideró a aquellos cuyo consumo es de conocimiento público, es decir, de quienes que se conocen sus casas, vehículos, aviones y yates.
Posteriormente utilizaron una amplia gama de fuentes, como la Administración de Información Energética y la Huella de Carbono de Estados Unidos para estimar las emisiones anuales de CO2 en cada caso. “Nuestros resultados se basan en analizar el uso típico de cada activo dado su tamaño y todo lo demás que pudimos aprender” señalan.
Aclararon que no incluyeron las emisiones de “carbono incorporado” de cada activo, es decir, cuánto CO2 se quema a lo largo de la cadena de suministro para fabricar el producto. Tampoco consideraron las emisiones producidas por la familia de los multimillonarios, sus empleados domésticos o su entorno, incluso, en sus resultados no están las emisiones de las empresas, es decir no se haba de Tesla o Amazon, solo de Musk o Bezos.
Por último destacaron que la intención del análisis es hacer que las personas piensen en la carga medioambiental que implica la riqueza. “Creemos que avergonzar a las personas superricas por sus hábitos de gasto intensivo en energía puede tener un impacto importante, revelándolos como modelos de consumo excesivo que la gente no debería emular”, finalizó el estudio.