Para los humanos realizar muchas tareas es algo simple de todos los días. Tomar algo con las manos, escribir en un teclado, lavarnos los dientes. La mayoría son acciones que realizamos de manera automática sin poner mucha atención a los sentidos involucrados pero, si queremos que un robot sea más útil, se necesita que desarrollen el tacto .
De acuerdo con investigadores de robótica, una de las razones por las cuales es tan difícil que un robot responda a tareas como tomar un objeto con la presión necesaria, es que son incapaces de sentir y, precisamente por ello es que están intentando dotarlos del sentido de ese sentido.
De acuerdo con The Next Web, investigadores de la Universidad Nacional de Singapur (NUS) están experimentando con nuevas capacidades para los robots al colocarles una especie de piel artificial y un cerebro con la capacidad de sentir.
El sistema fue desarrollado por un equipo dirigido por los profesores asistentes Benjamin Tee, un experto en electrónica de la piel, y Harold Soh, un especialista en inteligencia artificial. Juntos, afirman haber creado un sistema de percepción robótica que combina tacto y vista.
De acuerdo con los investigadores, gracias a su proyecto un robot llega a ser mil veces más sensible que el sistema nervioso humano. No solo eso, sino que tiene la capacidad de identificar la forma, textura y dureza de los objetos 10 veces más rápido que un abrir y cerrar de ojos.
Aunque la calificaron como "la piel más inteligente de la historia", los desarrolladores aceptaron que su piel artificial solo resuelve la mitad del rompecabezas de darle a los robots un sentido del tacto. “También necesitan un cerebro artificial que finalmente pueda lograr la percepción", dijo Soh.
Es por ello que los investigadores de la NUS decidieron construir un cerebro artificial con el chip de investigación neuromórfico de Intel : Loihi capaz de procesar los datos de una red neuronal artificial de "espiga" inspirada en las neuronas humanas, que se comunican enviando picos eléctricos entre sí.
"La capacidad de transmitir una gran cantidad de información de manera muy rápida y eficiente, y hacer el cálculo también, es algo en lo que los humanos somos muy buenos", dijo Tee. Agregó que para agarrar un objeto y que este no se nos escape de las manos, o que, si se está escapando seamos capaces de agarrarlo más fuerte por reflejo, son cosas que los humanos hacen a un nivel de milisegundos. Lo que están tratando de lograr con su robot.
En su prueba inicial del sistema los investigadores aplicaron la piel artificial a una mano robótica y le encargaron que leyera Braille. El sistema luego envió las señales recolectadas al chip Loihi, que convirtió los datos en un significado semántico. De acuerdo con los desarrolladores logró clasificar las letras Braille con más del 92% de precisión, usando 20 veces menos energía que un procesador estándar.
Luego, los investigadores probaron los beneficios de combinar datos visuales y táctiles. Agregaron una cámara al sistema y entrenaron al robot para clasificar contenedores llenos de diferentes cantidades de líquido. Dicen que el chip Loihi procesó estos datos un 21% más rápido que la GPU de mejor rendimiento, mientras que usa 45 veces menos energía.
Los investigadores consideran que el sistema podrá utilizarse para manipular objetos en fábricas y almacenes. Y, eventualmente podrían mejorar las interacciones humano-robot en el cuidado y la cirugía. "En 50 años, realmente creo que tendremos robots quirúrgicos que pueden realizar ciertas cirugías de forma autónoma porque tienen un sentido del tacto", dijo Tee.
Y finalizó: “Creo que esta es realmente una tecnología habilitadora. Espero con ansias las formas innovadoras en que las personas harán uso de esta piel inteligente. Creo que hay muchas cosas que aún no hemos inventado".