Mariam Mbula
es una estafadora en serie. Entre sus muchas identidades para consumar sus fraudes , se ha hecho pasar por emprendedora de éxito, icono de la moda, gurú de una oscura iglesia evangélica y hasta vendió una historia (falsa) de superación personal en un estudio de la televisión británica.
Sorprendentemente activa en las redes sociales , donde actúa como una especie de " influencer " fascinada por el lujo en sus cuentas de Twitter e Instagram , Mbula, que a veces cambia su apellido por el de Mola y ocasionalmente se hace llamar Cindy , se presenta como una " mujer de negocios hecha a sí misma", enfundada en ropa de marca.
La primera vez saltó a las portadas de los tabloides británicos fue hace cuatro años, tras ser entrevistada en un programa de máxima audiencia para el canal ITV. Logró la empatía de la presentadora al narrar cómo recompuso una vida marcada por una "mala relación" de juventud que la llevó a la cárcel .
Tras dar a luz en prisión en mayo de 2015, decidió dejar atrás su pasado turbulento, relató Mbula, que según la Policía Metropolitana de Londres acumula un mínimo de 13 imputaciones por fraude .
En contraste con esa narrativa convincente y "manipulada", según sus víctimas, la BBC la retrató en un documental como una " artista del engaño ", camaleónica, sin escrúpulos y capaz de urdir y ejecutar sofisticados complots para explotar a personas impresionables o vulnerables.
La estadounidense Tamara Gough no encaja en absoluto en ese perfil, pero relató a la agencia EFE que fue otra víctima colateral de los turbios avatares de Mariam, cuando descubrió que ésta había entablado una relación con su ahora exmarido. "Todo empezó con un recibo a nombre de mi marido, en el que figuraba otra dirección", dice Gough, de cuya cuenta bancaria con su ex salieron miles de libras para engrosar "hasta cinco cuentas bancarias diferentes" pertenecientes a Mbula.
La norteamericana calcula que perdió "entre 77 mil y 100 mil libras (casi tres millones de pesos) en concepto de cenas, hoteles, compras, y hasta en el alquiler de una propiedad".
Desenmascarar a Mbula se convirtió en una misión para Gough, que alertó a los productores del programa de ITV y fue contactada por un detective privado que ya iba tras los pasos de la estafadora.
"Mbula es un poco como una actriz que logra que la gente se rinda a sus pies. Se adapta a todas esas identidades y sabe cuándo y cómo hacerlo. (...) Además sabe trabajarse el lado de la vulnerabilidad y si alguien le viene con un problema, sabe solidarizarse", comenta.
Chemina Dixon, profesora británica de 33 años, también cayó en las redes de Mariam -entonces llamada Cindy-, aunque su historia se remonta a hace más de una década, tras haber coincidido en el mismo círculo de amigos de la universidad.
"La impresión que te llevabas de ella entonces era la de una persona muy sociable, muy metida en temas de moda, en diseñadores y cosas así. Te parecía una persona linda y alegre", señala a EFE.
Cuando Dixon le comentó que iba a viajar a Jamaica con su madre y su hija a visitar a su abuela enferma, Mbula rápidamente se ofreció a comprar los billetes con el pretexto de que por su trabajo les conseguiría descuentos.
"Mi madre le hizo la primera transferencia y ella le dijo que por algún motivo el dinero no le había llegado (...) Así que para no perder tiempo básicamente le pidió que le transfiriera la misma cantidad de nuevo, y le dijo que ella se aseguraría de enviarnos los billetes y devolver la cantidad de dinero extra", relata.
La cantidad, unos 54 mil pesos, se evaporó y Mbula desapareció, bloqueando a Dixon en sus redes sociales . "La última vez que hablé con ella, yo estaba muy estresada. La llamé y le dije: 'Si has hecho lo que creo que has hecho, mejor que no te encuentre por la calle", apunta.
Años después volvería a saber de sus operaciones, cuando averiguó que la timadora había creado un negocio de alquiler de zapatos de lujo - Cindy's Choos - en una tienda "pop up" que abrió en un centro comercial del este de Londres.
Ahí continuaría urdiendo nuevos fraudes hasta que la policía lo clausuró. Tras dejar pasar un tiempo, Mbula volvería a reinventarse con la iniciativa Mentor Matcher , en la que junto con otra socia -a quien engañó- conectaba a mujeres de negocios a través de eventos celebrados en locales de lujo.
Según la BBC, su currículum delictivo incluye vínculos con una organización criminal e n Italia, que empleaba tarjetas de crédito falsas para "comprar" bienes de lujo, y cubre pasos por la cárcel en España o Bélgica.
Es difícil seguir cronológicamente la trayectoria criminal de Mola. En su estancia en una prisión española por un delito de fraude, se ganó la confianza de otra presa británica -madre de varios hijos, entre ellos una con síndrome de Down- a quien prometió ayudar a conseguir la custodia.
Según una hija de esa presa, Mbula se hizo pasar por funcionaria del consulado británico en España para llamar a la familia y prometer la libertad bajo fianza a cambio de unos 420 mil pesos. Quedaron arruinados y llegaron a ser desahuciados.
Su última aventura criminal ha sido interpretar a una gurú espiritual en la controvertida iglesia evangelista Spac Nation, una cuestionada congregación -que muchos equiparan a una secta- investigada por la policía por presuntamente explotar financieramente a sus feligreses.
La iglesia, fundada por el pastor nigeriano Tobi Adegboyega, está siendo investigada por presionar a sus feligreses para vender su sangre y también por pedirles grandes cantidades de dinero que financiarían el lujoso tren de vida de sus dirigentes.
En esa etapa como "pastora" evangélica de la Spac Nation, Mbula daba charlas "de motivación". Mientras la policía sigue las investigaciones que podrían dar con ella, una vez más, en prisión, sus víctimas se preguntan cuál será su próximo engaño.