Aunque la mayoría de los sistemas operativos, tanto móviles como de escritorio, cuentan con herramientas de accesibilidad para que las personas con alguna discapacidad puedan interactuar con los dispositivos y no pierdan oportunidades ni acceso, existen experimentos avanzados que están logrando, a través una combinación de tecnología y medicina , revertir un padecimiento, es el caso de un hombre de 58 años que ha recuperado la vista gracias a hilos de fibra óptica conectados en su cerebro.
Investigadores de la Universidad de Basilea, el Centro Médico de la Universidad de Pittsburgh y la startup GenSight Biologics han dado a conocer un exitoso experimento optogenética , que fusiona la óptica con la genética para que un hombre que sufría de Retinitis Pigmentosa (RP) pudiera recuperar la vista.
El padecimiento degenerativo estaba ocasionando que el paciente perdiera la vista poco a poco. A lo largo de 40 años tuvo que enfrentar el miedo de ver un poco menos a medida que comenzaron a fallar las células fotorreceptoras en sus ojos . Antes de tener que enfrentar la ceguera permanente el hombre decidió participar en un estudio con la esperanza de recuperar una parte de su percepción visual.
Así fue como, gracias a una terapia biológico-tecnológica híbrida, los investigadores lograron controlar neuronas individuales in vitro utilizando luz visible. Dichas moléculas sensibles a la luz se introdujeron después en las células del cerebro del hombre y luego se activaron mediante pulsos de luz en los hilos de fibra óptica . La molécula entonces convirtió la luz en un impulso eléctrico que hizo que la neurona a la que está unida también se disparara, lo que permitió activar neuronas específicas a pedido y potencialmente influir en los comportamientos y respuestas del sujeto.
"Creo que está naciendo un nuevo campo", dijo a los periodistas el profesor e investigador de la Universidad de Basilea, Botond Roska, durante una conferencia en la que se anunciaron los resultados del equipo.
Nuevas técnicas, más esperanza
El especialista dijo que esta técnica de neuromodulación se ha utilizado en neurología durante décadas para estudiar las funciones del sistema nervioso central. Pero en los últimos años la optogenética se ha reutilizado como una técnica terapéutica para ayudar a tratar, y potencialmente revertir, enfermedades hereditarias de la ceguera como la RP, que afecta a uno de cada 4 mil personas en los Estados Unidos.
En este caso el equipo de la Universidad de Basilea-UPMC tomó las teorías básicas detrás de la optogenética y las aplicó a la retina utilizando tecnología desarrollada por GenSight Biologics. Es decir que utilizó componentes biológicos y tecnológicos. Por el lado biológico, los investigadores primero apuntaron a las células ganglionares de la retina del paciente para recibir una terapia genética que las hiciera fotoactivables. Normalmente, las células ganglionares no son fotosensibles y simplemente llevan la carga eléctrica generada por esas células fotorreceptoras hasta el nervio óptico. Pero dado que RP ya había dañado y destruido los bastones y conos del paciente, estos ganglios tendrían que ser modificados para hacer una doble función.
Para hacer eso, el equipo de investigación insertó un gen aislado de una especie de alga verde sensible a la luz en uno de los ojos del paciente. Ese gen codifica la canalrodopsina fotoactivable llamada ChrimsonR y se dirigió a las células ganglionares utilizando un vector de adenovirus modificado.
"Estas proteínas son muy especiales. Fueron descubiertos a finales de los 90 y principios de los 2000. Estas proteínas existen en las algas, capturan la luz y desencadenan una respuesta eléctrica que permite que las algas se muevan hacia la luz o se retraigan de ella, y es una sola proteína, por lo que es una respuesta muy rápida", señaló el Dr. José-Alain Sahel, presidente del Departamento de Oftalmología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Pittsburgh , en una entrevista con el medio Engadget.
Los ganglios tardaron unos meses en producir una cantidad suficiente de ChrimsonR y estabilizarse dentro de las células. Una vez que eso sucedió, las células ganglionares pudieron detectar la luz y llevar la carga eléctrica posterior al nervio óptico , sin pasar por los bastones y conos inútiles por completo.
Aquí es donde entra el lado tecnológico. ChrimsonR responde mejor a la luz en la longitud de onda de 590 nm (ámbar) y esa luz debe ser brillante para activar la proteína, mucho más brillante de lo que la iluminación ambiental generalmente puede producir. Por lo tanto, Gensight ha desarrollado un conjunto patentado de gafas que recopilan datos de imagen y emiten una onda de luz de alta intensidad de 590 nm directamente a los ojos del paciente.
El paciente comenzó a entrenar con los lentes cinco meses después de recibir la inyección. Siete meses después de eso, comenzó a ver mejoras notables en su percepción visual.
A pesar de los buenos resultados, los científicos aclararon que es un comienzo muy preliminar para el desarrollo de una terapia que podría aplicarse a más pacientes. Por ahora tienen que buscar métricas de seguridad básicas y marcar las dosis biológicas óptimas. Asimismo están trabajando en el desarrollo de unos lentes que ofrezcan mayor resolución, además buscan incorporar un sistema de seguimiento ocular "para que la alineación con el ojo sea mejor".