En todo el mundo los laboratorios más importantes de dieron a la tarea de investigar más sobre la Covid-19 con la intención de contribuir al descubrimiento de un tratamiento efectivo o una vacuna . Pero siendo un tema de interés para todos, los ciberataques no se hicieron esperar y diversas empresas y organismos han enfrentado problemas. El caso más reciente es el de la Universidad de Oxford.
La institución reveló que uno de sus laboratorios de investigación , dedicado en parte al estudio del Covid-19 , sufrió un ciberataque pues registraron un acceso no autorizado a varios de sus sistemas.
El laboratorio es parte de la División de Biología Estructural de Oxford, conocida como "Strubi". Aclararon que las investigaciones en dicha división no tienen conexión directa con el desarrollo de la vacuna Covid-19, pues esa responsabilidad corre a cargo del Oxford Vaccine Group y el Jenner Institute.
Los involucrados no tienen claro exactamente qué datos pueden haber sido comprometidos. Aunque, de acuerdo con Forbes, sí existen pruebas de la intrusión a los sistemas, las cuales fueron descubiertas por por Alex Holden, el director de tecnología de una firma de ciberseguridad llamada Hold Security, quien proporcionó capturas de pantalla que muestran el acceso a equipos de laboratorio con intrusos activos cuya actividad se extendió, al menos, hasta el pasado 14 de febrero.
Pese a que se detectaron los ataques , no está claro si la intención era robar datos valiosos de laboratorio o potencialmente sabotear la investigación en curso.
"Hemos identificado y contenido el problema y ahora estamos investigando más a fondo", dijo un portavoz de la Universidad de Oxford a Forbes. "No ha habido ningún impacto en ninguna investigación clínica, ya que esto no se lleva a cabo en la zona afectada."
La universidad solo compartió que entre las máquinas a las que se accedió incluían dispositivos que se utilizan para la purificación para el manejo de muestras bioquímicas , algunas de las cuales incluían proteínas utilizadas en la investigación del coronavirus .
Respecto a quiénes estuvieron detrás del ataque, los informes descartan la posibilidad de que sean hackers conectados a algún estado-nación. Sospechan que en realidad pueden haber sido ciberdelincuentes buscando valiosas investigaciones para venderlas en los mercados ilegales.
Oxford dijo que se puso en contacto con el Centro Nacional de Ciberseguridad (NCSC) del Reino Unido, que ahora está llevando a cabo una investigación . "Estamos al tanto de un incidente que afecta a la Universidad de Oxford y estamos trabajando para entender completamente su impacto", dijo un portavoz del NCSC a Forbes.
Otros ataques
En noviembre de 2020 Microsoft alertó que piratas informáticos , respaldados por Rusia y Corea del Norte, estaban dirigiendo sus ataques a las empresas farmacéuticas involucradas en los esfuerzos de desarrollo de la vacuna contra Covid-19.
La compañía afirmó que los ataques tuvieron como objetivo siete empresas en Estados Unidos, Canadá , Francia, India y Corea del Sur. También dijo que, si bien bloqueó la "mayoría" de los ataques, tenía que reconocer que algunos tuvieron éxito, aunque aseguró que había notificado a las compañías afectadas, pero se negó a especificar sus nombres.
En diciembre de ese año se dio a conocer también que hackers habían accedido ilegalmente a documentos relacionados con el desarrollo de la vacuna de Pfizer y BioNTech tras un ataque a la Agencia Europea de Medicamentos (EMA).
Tanto BioNTech como Pfizer aclararon que ellos directamente no habían tenido ningún problema de violación de datos. Y la EMA, por su parte, aseguró que el ciberataque no tendría ningún impacto en sus procesos.
También en diciembre de 2020, una investigación de IBM , reveló que la cadena de suministro internacional de vacunas había sido blanco de ciberespionaje . Aunque la identidad de los atacantes no está clara, IBM dijo que debido a la sofisticación de los métodos utilizados, sospechaban que detrás está alguna nación.
La compañía explicó que había encontrado una campaña maliciosa dirigida a la "cadena de frío" de entrega que se utiliza para mantener las vacunas a la temperatura adecuada durante el transporte para que no se echen a perder. “Eso podría haberles permitido comprender la infraestructura que los gobiernos pretendían utilizar para distribuir vacunas que pueden afectar la vida y la economía global y ese fue probablemente el objetivo", dijo IBM .