La práctica de sextorsión en línea no es nada nuevo: los estafadores amenazan a víctimas potenciales advirtiéndoles que publicarán un presunto video grabado desde sus cámaras web mientras veían contenidos para adultos, a menos de que paguen un rescate.
Hasta hace poco, la forma habitual en que los hackers pedían dinero para evitar ser rastreados era con criptomonedas . Sin embargo, la firma de seguridad Kaspersky ha detectado intentos de convencer a los usuarios para que los rescates se hagan con tarjetas de prepago de ciertas tiendas o sitios en línea.
Estas tarjetas deben cargarse con una cierta cantidad de dinero, fotografiarse dese ambos lados y enviarse a una dirección postal específica. La principal diferencia entre las tarjetas de prepago y las tarjetas bancarias comunes, es que no se necesita visitar un banco para comprarlas y la forma de adquirirlas o recargarlas es tan sencilla como acudir a un supermercado o incluso, a una tienda de conveniencia.
“Las tarjetas de débito prepagadas están conectadas a sistemas de pago globales como Visa o Mastercard y requieren menos información personal que sus equivalentes analógicos tradicionales.
Esto los hace muy convenientes, pero también dan la posibilidad de que sean utilizadas por los delincuentes: es mucho más sencillo convencer a un usuario sin experiencia de comprar una tarjeta en una tienda en lugar de esperar a que aprendan cómo usar las criptomonedas. Independientemente del método que te exija algún cibercriminal, recomendamos que los usuarios no caigan en sus exigencias.
En la mayoría de los casos, los delincuentes solo intentan capitalizar el miedo que las personas experimentan cuando se enfrentan a hackers que en línea aparentan ser todopoderosos, pero que, en realidad, no tienen ni videos ni ningún tipo de información confidencial de sus víctimas”, dijo Tatiana Scherbakova, analista de Seguridad de Kaspersky.
Para evitar el spam de las presuntas estafas que piden un rescate y evitar su distribución, Kaspersky recomenda:
Jamás pagar a los estafadores; eso sólo los anima a mantener la extorsión.
No responder a sus correos electrónicos. Al responder, lo que lograrás es confirmar que tu dirección es válida y puedes provocar una ola mayor de spam.
Cierra el mensaje de correo e identifícalo como spam.