El Test de Turing es uno de los métodos utilizados por la sociedad científica para evaluar la capacidad que tiene la tecnología en desarrollar su comportamiento inteligente frente a diferentes situaciones.

Prácticamente el Test consiste en que un humano responsable del proyecto tendrá que conversar de manera escrita u oral con otro humano y con una IA. Si el responsable de realizar la prueba no encuentra diferencia entre la conversación humana y la tecnológica, quiere decir que la máquina alcanzó un nivel de inteligencia humana.

Foto: Unsplash
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Recientemente arXiv publicó los resultados del último Test de Turing realizado a una inteligencia artificial. En esta prueba se utilizaron GPT- 3.5, GPT-4 y ELIZA. Cada participante tuvo que ingresar a una aplicación de mensajes de texto en donde platicaron con los procesadores programados y con humanos.

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Al transcurrir el tiempo establecido los resultados fueron sorprendentes porque el 54% de los participantes catalogaron a GPT-4, el modelo de lenguaje creado por OpenAI como si mantuvieran interacción humana.

  • 54% de los participantes creyeron que GPT-4 era una persona.
  • 50% de los participantes consideraron que GPT-3.5 era una IA.
  • 22% de participantes piensan que ELIZA tiene características humanas.
Foto: Freepik
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Aunque los resultados impactaron a la comunidad científica, también los alertó por el nivel de inteligencia que la IA ha alcanzado en los últimos años.

¿Deberíamos preocuparnos por las capacidades de la IA?

Aunque el Test de Turing lanza cifras sobre el desarrollo de habilidades y conocimiento que tienen las máquinas, aún hace falta un factor importante que distingue a los humanos de la tecnología, tratándose de los sentimientos.

Sin embargo, se deben tener en cuenta las siguientes sugerencias del porqué es importante distinguir entre GPT-4 y un humano:

Responsabilidad ética

Si no se puede diferenciar entre un modelo de lenguaje como el de GPT-4 y una persona real, se le podría atribuir a la IA responsabilidades o intenciones que no tiene. Esto podría tener consecuencias éticas y legales.

Desinformación

Si se confunde un modelo de lenguaje de IA con un humano, se confiaría en información errónea o maliciosa sin cuestionarla. La capacidad de identificar entre ambas es crucial para evitar la propagación de desinformación.

Foto: Especial
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Interacciones sociales

Las relaciones humanas se basan en la empatía, la comprensión y la conexión emocional. Si no se distingue entre un procesador y una persona real, nuestras interacciones sociales podrían volverse superficiales y menos significativas.

En resumen, la distinción entre GPT-4 y humanos es fundamental para tomar decisiones informadas, mantener la responsabilidad y preservar la autenticidad en nuestras interacciones sociales.

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