Su compañía sufrió uno de los más grandes colapsos de los últimos tiempos, pero Sam Bankman-Fried, el fundador de la firma de criptomonedas FTX, asegura que no intentó cometer fraude.
Al hacer su primera aparición pública desde el derrumbe de FTX, el hombre una vez aclamado como el "reuy de las criptomonedas" le dijo al diario The New York Times que había tenido un "mal mes" y que casi no le quedaba dinero.
La firma se derrumbó el mes pasado tras haber alcanzado un valor de US$32.000 millones.
Muchos inversores no han podido retirar sus fondos debido a la bancarrota.
Bankman-Fried, de 30 años, asegura que incluso él tampoco sacó su propio dinero de FTX y que ahora no tiene "casi nada".
En una entrevista desde Bahamas, concedida en contra del consejo de sus abogados, según dijo, explicó que solo le queda una tarjeta de crédito con una deuda de alrededor de US$100.000.
Aseguró que no hubo un engaño deliberado a los inversores y agregó: "Nunca intenté cometer fraude".
Sin embargo, cuando se le preguntó varias veces sobre los detalles de los movimientos de dinero entre FTX y otras entidades, incluida la empresa comercial de su propiedad, Alameda Research, parecía que no quería dar los detalles completos.
El "rey" caído en desgracia
En su mejor momento, Bankman-Fried fue visto como una versión joven del legendario inversionista estadounidense Warren Buffet.
Hasta fines de octubre, tenía un patrimonio neto estimado en más de US$15.000 millones.
Sin embargo, dice, subestimó la gran cantidad de efectivo necesaria para cubrir los retiros de los clientes de FTX, lo que provocó pánico entre los clientes.
Muchas criptoempresas, las firmas que manejan criptomonedas, han tenido problemas con la contracción de la economía en general y las preocupaciones sobre la viabilidad de las criptomonedas en general.
Bankman-Fried renunció como director general de FTX el 11 de noviembre.
Según documentos judiciales presentados a principios de este mes, FTX actualmente les debe a sus 50 acreedores más grandes casi US$3.100 millones.
Reconoció que su firma se había involucrado en el llamado greenwashing, la estrategia de algunas empresas que participan en proyectos ambientales para ganar publicidad.
No teme ir a prisión, por ahora
Bankman-Fried también se había hecho muy conocido en Washington DC como donante de campañas políticas y por abogarpor una buena regulación de las criptomonedas, entre otros ausntos.
Pero en su charla con el periodista Andrew Ross Sorkin, el empresario confesó que gran parte de su trabajo en la capital de EE.UU. había sido de relaciones públicas "disfrazadas de buenas intenciones".
Bankman-Fried dijo que por ahora no estápreocupado por posibles responsabilidades penales o civiles.
"Hay un momento y un lugar para pensar en mí mismo y en mi propio futuro", dijo después de dudar en su respuesta varias veces. "No creo que este lo sea".
Cuando se le preguntó si era sincero en lo que decía, Bankman-Fried dijo que era todo lo sincero que podía ser.
Aunque no proporcionó evidencia para respaldarlo, el empresario dijo que creía que la rama de FTX en EE.UU. era solvente y, de hecho, podría pagar a los inversores de ese país.
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