Esta semana millones de personas en Estados Unidos se han quedado sin acceso a la electricidad como consecuencia de las tormentas invernales . Más allá del pensar en que las pobres personas no tengan acceso a internet , que no puedan ver la TV, jugar con su consola y, en algunos casos, ni usar su celular, hay una preocupación mucho mayor: la posibilidad de que se pierdan miles de dosis de vacunas contra la Covid-19.
De acuerdo con medios de Estados Unidos, como The Verge, los funcionarios de salud están luchando para proteger los congeladores llenos de vacunas Covid-19, que deben mantenerse a temperaturas extremadamente bajas o corren el riesgo de terminar inservibles.
Hasta ahora se sabe que los apagones continuos en el estado de Texas echaron a perder al menos un grupo de congeladores llenos de la vacuna Moderna . Afortunadamente, previendo la situación, las autoridades decidieron enviar 5 mil dosis, antes de que expiraran, a distintos puntos, entre ellos, una universidad, una cárcel y un puñado de hospitales.
Un ejemplo más es el de la Autoridad de Salud de Oregón que está trasladando las vacunas a lugares que sí cuentan con energía, aunque la agencia no reveló exactamente qué sitios de almacenamiento tienen sus sistemas inactivos.
Por su parte, Kentucky , como parte de sus preparativos para la tormenta , se aseguró de que los lugares donde se almacenaban las vacunas tuvieran planes de contingencia. "Para cada caso hay un generador en el sitio que está listo para funcionar", dijo el gobernador de Kentucky, Andy Beshear, durante una conferencia de prensa la semana pasada. "Eso debería garantizar que no se desperdicien dosis ni viales".
Así, todas las instalaciones de salud que almacenen vacunas Covid-19, tienen que poner en marcha una estrategia para mantener los congeladores seguros pues hay recordar que las dosis aún son limitadas y cualquier pérdida significa que menos personas podrán protegerse.
Los cortes de energía no solo son un desafío para mantener las dosis de vacunas, las instalaciones de atención médica dependen de un suministro constante de energía para mantener a las personas saludables.
Los hospitales necesitan de electricidad para las luces, registros médicos electrónicos, ventiladores y refrigeradores llenos de medicamentos . Hay que señalar que si bien, según las normas en Estados Unidos, obligan a los hospitales a tener generadores de respaldo, las clínicas comunitarias y para pacientes ambulatorios no tienen las mismas regulaciones. Y, aun así, los generadores a veces fallan, como ejemplo basta decir que se suponía que los congeladores en Texas funcionarían con un respaldo que no sirvió.
Como si no fuera suficiente el tener que enfrentar una emergencia de salud pública como la pandemia de Covid-19, los hospitales, los departamentos de salud pública y otras instalaciones que, en muchos casos, ya están al límite, ahora tienen que operar con energía limitada e inestable que genera estrés por tener la presión para mantener las luces encendidas y los congeladores en funcionamiento.
Y no solo se trata de quienes brindan atención médica, muchas personas con enfermedades dependen de la energía en sus hogares para mantener funcionando, por ejemplo, los tanques de oxígeno. Otro factor importante de riesgo es que, durante los apagones, no es posible calentar o enfriar los hogares para contrarrestar las temperaturas extremas, que pueden ser peligrosas. Y, a ello hay que agregar que los refugios para personas sin electricidad, como los centros de calentamiento en Texas, podrían ser un foco de propagación de Covid-19 .