Uno de los sectores que más contribuye al desarrollo de tecnología es el militar y como nuestra se ha dado a conocer que el ejército de Estados Unidos ha probado vehículos de elevación vertical, tipo drones , que pueden cambiar de forma dependiendo de los requisitos de la misión.
Según el medio The Next Web, en un Laboratorio de Investigación del Ejército de los Estados Unidos, en conjunto con la Universidad de Texas A&M, acaba de publicar los resultados de un estudio de dos años que exploró estructuras fluidas.
Los investigadores lograron desarrollar una herramienta que se puede utilizar para modelar y optimizar la configuración y forma de los vehículos no tripulados.
La intención de este proyecto es que, en lugar de pasar miles de horas calculando cómo funcionará una estructura, la nueva herramienta permitirá a los militares decidirse por un modelo en hasta un 80% menos de tiempo.
Imagen ilustrativa de Pixabay
Según el informe, el ejército utilizará la herramienta para crear nuevos vehículos similares a drones que puedan cambiar su forma durante el vuelo para mantener una estructura óptima.
Vale la pena considerar que, cuando se trata del ejército, los drones pueden llegar a ser mucho más grandes que los modelos comerciales que estamos acostumbrados a ver.
Si la tecnología que están probado tiene buenos resultados los militares podrán, por ejemplo, elegir alas pequeñas para viajes rápidos en distancias cortas o alas largas para cuando los drones necesitan pasar mucho tiempo en el aire.
Así es como uno de los investigadores, el Dr. Francis Phillips, un ingeniero aeroespacial en el laboratorio, lo describe: "Considere una misión de inteligencia, vigilancia o reconocimiento donde el vehículo necesita llegar rápidamente a la estación y luego intentar permanecer ahí el mayor tiempo posible. Durante la primer parte de la misión las alas cortas son deseables para ir rápido, pero después las alas largas son deseables con el fin de permitir la baja potencia y un vuelo de alta resistencia.
De acuerdo con lo que se ha dado a conocer por ahora sólo es la forma de las alas la que puede adaptarse. Aun así se trata de un gran paso en el estudio de las estructuras de fluidos en el que se ha trabajado por 20 años por diversas industrias entre ellas la automotriz .
Siempre existe un dilema ético cuando se trata de tecnología militar, pero esperemos que esta herramienta se filtre a usos comerciales constructivos. Como siempre sucede con este tipo de casos, habrá que esperar.