¿Se acerca el día en que los humanos controlen computadoras con su mente?
El empresario Elon Musk alimentó este debate al anunciar este lunes que su compañía Neuralink consiguió implantar con éxito uno de sus chips cerebrales en una persona.
En un post en X, Musk dijo que se había detectado una actividad cerebral “prometedora” después del procedimiento y que el paciente se estaba “recuperando bien”.
El objetivo de la empresa es que esta tecnología ayude a tratar dolencias neurológicas complejas.
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“Para cualquier firma produciendo dispositivos médicos, la primera prueba en humanos es un hito significativo”, dice la profesora Anne Vanhoestenberghe del King’s College de Londres.
Según la experta, hay varias empresas trabajando en productos prometedores, pero solo pocas han logrado implantar sus dispositivos en humanos.
Sin embargo, Vanhoestenberghe advierte que el “éxito verdadero” solo puede medirse a largo plazo y "Elon Musk es muy adepto en generar publicidad para su compañía”.
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Hasta el momento, no existe una verificación independiente de las afirmaciones de Musk. Neuralink tampoco proporcionó información sobre el procedimiento.
La BBC contactó a la compañía y al regulador médico de EE.UU., la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), para solicitar comentarios.
En otro post en X, Musk dijo que el primer producto de Neuralink se llamaría Telepathy, Telepatía en español.
“Los primeros usuarios serán aquellos que han perdido el control de sus extremidades”, agregó Musk.
Y luego hizo una referencia a Stephen Hawking, el célebre científico británico que sufría una grave enfermedad neuromotora.
“Imagina que Hawking se hubiera podido comunicar más rápido que un mecanógrafo o un subastador. Ese es el objetivo".
El procedimiento implica implantar un pequeño chip sellado herméticamente directamente en el cerebro del paciente.
El chip está conectado a 1.024 electrodos diminutos, no más gruesos que un cabello humano, y funciona con una batería que se puede recargar de forma inalámbrica.
Esto crearía una interfaz con una computadora externa, permitiéndole enviar y recibir señales.
Sobre esta tecnología precupan los riesgos físicos a corto plazo, las implicaciones médicas a largo plazo y las cuestiones éticas.
Cualquier cirugía cerebral conlleva peligros.
Un reporte de la agencia Reuters de diciembre de 2022 indicó que Neuralink estuvo involucrada en ensayos que resultaron en la muerte de alrededor de 1.500 animales, incluyendo ovejas, monos y cerdos.
En julio de 2023, el Departamento de Agricultura estadounidense, encargado de investigar las cuestiones de bienestar animal, dijo no haber encontrado ninguna violación de las leyes de investigación con animales en la firma de Musk, aunque sigue con una investigación independiente en curso.
El hecho de que la FDA aprobó el ensayo en humanos implica, sin embargo, que la empresa de Musk superó algunos de sus obstáculos.
Quizás la preocupación más seria son las consecuencias a largo plazo de tener un dispositivo como este funcionado en el cerebro, un órgano complejo del que todavía se desconoce muchísimo.
Como es una industria incipiente no hay suficientes datos sobre los daños potenciales. Esto cambiará con los experimentos en humanos y será clave para el desarrollo de productos similares.
Las cuestiones éticas son más subjetivas. Estas tecnologías implican preocupaciones sobre protección de datos, usos potenciales y la posibilidad de mejorar las habilidades cognitivas humanas.
Si bien Musk devolvió a esta tecnología al centro de debate con su anuncio, lo cierto es que algunos de sus rivales tienen un historial de trabajo desde hace dos décadas.
La empresa estadounidense Blackrock Neurotech, con sede en el estado de Utah, implantó la primera de sus muchas interfaces cerebro-computadoras en 2004.
Precision Neuroscience, formada por uno de los cofundadores de Neuralink, también pretende ayudar a personas con parálisis.
Su implante se asemeja a un trozo muy delgado de cinta que se coloca en la superficie del cerebro y puede implantarse a través de una "microhendidura craneal", que, según dice, es un procedimiento mucho más simple.
Otros dispositivos existentes también han generado resultados.
En dos estudios científicos recientes separados en Estados Unidos, se utilizaron implantes para vigilar la actividad cerebral cuando una persona intentaba hablar, lo que luego podría decodificarse para ayudarla a comunicarse.
Entre otras empresas que han logrado avances similares en este campo se encuentra la École Polytechnique Fédérale de Lausanne (EPFL), en Suiza, que consiguió que un hombre paralítico pueda caminar con solo pensar.
Esto se logró colocando implantes electrónicos en su cerebro y columna que comunican pensamientos de forma inalámbrica a sus piernas y pies.
Los detalles del avance se publicaron en la revista Nature, revisada por pares, en mayo de 2023.
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