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El ciberfeminismo y el hackfeminismo son conceptos que, aunque diferentes, tienen algo en común: buscan terminar con la situación de opresión, en el mundo online , que viven las mujeres. Estas manifestaciones, que se están gestando desde hace varios años a nivel mundial, luchan por formar una parte cada vez más importante del espacio digital . Esto, como un derecho de género.
Así, desde la década de los noventa se trabaja para que las niñas y mujeres tengan un acceso universal, libre de violencia e igualitario al ciberespacio. Fernanda Briones , considerada una referencia en temas de hackfeminismo , señaló que la iniciativa VNS Matrix, un colectivo feminista de artistas y activistas, fundado en 1991, en Australia, es considerado unos de los puntos de origen de este movimiento global.
El surgimiento de ese colectivo coincide con la aparición del Net.art : producciones artísticas realizadas en y para Internet. Entonces, las mujeres simpatizantes de esta tendencia empezaron a realizar instalaciones, eventos, revistas y diversas manifestaciones culturales donde cuestionaban los discursos de dominación y control en el espacio cibernético. “Ahí convergen mujeres que utilizan ciertas tecnologías y tienen un posicionamiento político feminista claro. Arman colectivos y hacen un documento para definir lo que es ciberfeminismo. Se preguntan: ‘¿qué es?’ pero, como no saben cómo definirlo, hacen 100 antítesis de lo que no es el ciberfeminismo”, expuso la investigadora.
Así surge el texto de las “100 antítesis de lo que el ciberfeminismo no es...” El ciberfeminismo, según algunas de esas antitesis, no es dogmático, no es solo un lenguaje, no es callado, no es inmóvil y no es neutral.
La también catedrática agregó que, posteriormente, fue una mujer de nombre Monserrat Briox, creadora del proyecto Mujeres en Red, quien propuso una de las primeras definiciones de lo que es el ciberfeminismo. “La definición fue tan sencilla como: ‘la actuación política de las mujeres en Internet’”.
Tiempo después, luego de transitar por un periodo de estética, la segunda etapa en el ciberfeminismo se denominó como “social”, la cual está más vinculada con la cuestión del uso indiferenciado de la tecnología, a un nivel de usuario, que es algo más igualitario, accesible a la gran mayoría, por lo que estas ideas han sido bien recibidas por las nuevas generaciones.
“Esta etapa del ciberfeminismo, lo cual no significa que ya no exista la del Net.art , es la que le llaman ciberfeminismo social. Es lo que hacen todas esas organizaciones como APC Women que empiezan a reconocer nuestra presencia online y la necesidad de que las mujeres nos apropiemos de las tecnologías”, dijo Briones y añadió que fue hasta fechas muy recientes cuando se empezó a hablar del acceso a las tecnologías como un derecho para las mujeres. “Es por eso que el ciberfeminismo social se vuelca sobre esto y sobre el cuestionar el por qué las mujeres no se apropian de las tecnologías”