En las entrañas de un antiguo búnker de investigación nuclear, la cantautora británica Imogen Heap se sienta frente a un piano.
Cuando empieza a cantar, el pequeño público de esta peculiar actuación en acústico la aplaude.
Y es que la audiencia no está simplemente disfrutando del espectáculo: también se está beneficiando de él.
La grabación de una de las canciones de la dos veces ganadora del premio Grammy en este concierto de Estocolmo, Suecia, será puesta a la venta online.
Integrado dentro de su código digital habrá un contrato que garantiza que 150 miembros del público recibirán una parte de los derechos de autor generados por las ventas.
La tecnología que hace posible este sorprendente regalo es el blockchain o cadena de bloques, una especie de libro de cuentas digital que registra las transacciones y la información de forma verificable y permanente.
Las cadenas de bloques se han utilizado principalmente en criptomonedas como bitcoin y Ethereum, pero también se pueden usar para crear los llamados "contratos inteligentes" con los que garantizar un acuerdo entre dos partes.
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Heap ofreció a quienes compraron la entrada a su concierto la posibilidad de inscribirse para ser parte de uno de esos contratos en el marco de un experimento que está llevando a cabo sobre el potencial del blockchain en la industria de la música.
"Realmente me ha abierto la mente en términos de cómo podría cambiar la forma en que se hacen las cosas", dice.
Heap, una artista que ha trabajado con estrellas como Ariana Grande y Taylor Swift, trabaja en un servicio para artistas basado en el blockchain para ayudarles a tener un registro de dónde y cuándo se usa su trabajo, y para garantizar que reciban un pago justo.
Y según un nuevo informe sobre el futuro del trabajo del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), pronto podría ser parte de un grupo de personas muy numeroso.
Los analistas del WEF incluyeron a los "especialistas en blockchain" en una lista de las 50 profesiones que aumentarán de importancia en los próximos cuatro años. Y junto a esto, habrá un número creciente de puestos de trabajo.
"Entre nuestros encuestados, el 45% de las empresas declaran que es probable que se expandan a tecnologías de cadena de bloques", dice Vesselina Stefanova Ratcheva, analista principal del WEF y una de las autoras del informe. "Esa figura se ve diferente según el tipo de industria".
El informe concluye que, si bien se podría esperar que la industria de servicios financieros sea una de las primeras en adoptar tecnologías de blockchain, otras como la de salud, de automoción y la energética no se quedarán atrás.
Es la forma en que funcionan las cadenas de bloques lo que las hace atractivas para muchas empresas y personas emprendedoras. Forman lo que se conoce como "libros de contabilidad distribuidos", algo así como hojas de cálculo digitales de transacciones y acuerdos que, una vez registrados, no se pueden modificar.
Estos libros se pueden adjuntar a monedas digitales como el bitcoin, a un contenido digital como una pieza de música o incluso a objetos físicos.
Cuando se produce una transacción, un registro público de la misma se coloca en un "bloque" cifrado, que se conecta a todos los bloques que vinieron antes y después a través de una especie de huella digital conocida como un hash criptográfico.
Si se altera un bloque, no se corresponderá con los que lo rodean, lo que significa que hubo un intento de estafar o alterar una transacción.
También se guarda una copia de cada libro de contabilidad en millones de computadoras de todo el mundo, que se convierten de algún modo en millones de testigos de un solo contrato.
Lantmäteriet, el registro de tierras de Suecia, ha hecho la prueba de usar blockchains en sus acuerdos de propiedad.
Su tecnología produce un archivo digital que contiene las escrituras de la hipoteca, los acuerdos de propiedad y el proceso de transacción que se
comparte con todas las partes involucradas en la venta.
Cuando el comprador y el vendedor firman un contrato de venta digital, que acuerda el precio de compra y la fecha de posesión, el proveedor de la hipoteca, la transferencia de fondos y el registro de los documentos del título iniciarán automáticamente la emisión del préstamo.
El organismo sueco calcula que puede reducir el tiempo de una transacción de varios meses a unas pocas horas.
Pero la capacidad de los blockchains para proporcionar un registro irrefutable se ha abierto a otros usos. La industria de los diamantes, por ejemplo, los está utilizando para combatir las falsificaciones y los "diamantes conflictivos" extraídos de manera poco ética.
Las cadenas de bloques contienen imágenes de alta resolución en cada momento del proceso de fabricación del diamante, junto con certificados y detalles como quilates, cortes, claridad y números de serie. Cada vez que un diamante cambia de manos, esto se registra en la cadena de bloques.
En la industria de la salud, se podrían usar blockchains para garantizar que los resultados de los ensayos clínicos no sean alterados o manipulados por las compañías médicas al proporcionar un registro inalterable de los hallazgos realizados.
"Las posibilidades son infinitas", dice Min Teo, director ejecutivo de ConsenSys, una compañía de software de cadena de bloques creada por Joseph Lubin, cofundador de la criptomoneda Ethereum.
Según las estadísticas del buscador de empleos Indeed.com, la demanda de trabajadores con experiencia en tecnología de blockchain se duplicó en 2017 y es seis veces mayor que en 2015.
Los desarrolladores de blockchain están viviendo una demanda feroz en el mercado y pueden esperar ganar hasta US$158.000 en Estados Unidos.
Pero Teo cree que el potencial de este trabajo va mucho más allá de dar trabajo codificadores que puedan crear estos contratos digitales.
A medida que comienzan a utilizarse como documentos legales, por ejemplo, se necesitarán equipos de abogados expertos en tecnología para analizar las complejidades de cómo encajan las cadenas de bloques en el derecho contractual tradicional.
Pero el blockchain enfrenta también problemas.
Actualmente, las transacciones de cadenas de bloques requieren grandes cantidades de potencia de computación y energía, mientras que las redes que las respaldan solo pueden realizar un número limitado de transacciones al día.
También están pendientes de resolverse otros aspectos, como la forma en que los gobiernos regulan y gravan impuestos a los contratos mediante el uso de blockchains.
Incluso su situación legal no está del todo clara actualmente, ya que el blockchain no está regulado por reglamentaciones específicas.
Las cadenas de bloqueo tampoco garantizan que la información que poseen es precisa desde el inicio, sino que muestran si esa información ha sido manipulada. Por eso también podrían ser susceptibles de entradas fraudulentas cuando se crean.
"Hay personas que trabajan en todos estos problemas", dice Teo. "Vamos a ver algunos nuevos roles emergiendo a medida que esto suceda. Es probable que veamos muchos puestos de trabajo creados por los nuevos tipos de oportunidades de negocios que van a abrirse".
Imogen Heap es un buen ejemplo de esto: ella ayudó a formar una organización llamada Mycelia que intenta cambiar la forma en que opera la industria de la música.
El uso compartido de archivos y la naturaleza global de internet han hecho que sea mucho más difícil para los músicos cobrar cuando se descarga o se utiliza su trabajo.
Sin embargo, al incrustar blockchains en la huella digital de una canción, debería ser posible registrar cada vez que se reproduce una canción en una emisora de radio o se usa en un video de YouTube.
"La canción en sí tendrá la capacidad de pagar a todas las personas involucradas cada vez que se reproduzca o compre", explica Heap.
Por supuesto, para que esto ocurra se requerirá que la industria de la música, las estaciones de radio y las plataformas online como YouTube se inscriban en un sistema que distribuirá los pagos de beneficios mediante contratos automáticos de cadena de bloques.
Heap cree que la industria está empezando a aceptar la idea de que debe haber cambios. En la actualidad, por ejemplo, ya le toca lidiar con las disputas de pagos provocadas por empresas de transmisión online como Spotify.
"El blockchain va a ser una gran parte de nuestras vidas y vamos a necesitar mucha gente para ayudar a hacer los cambios que se avecinan", concluye Heap.
*Esta es una adaptación de un artículo de Richard Gray publicado en BBC Capital que puedes leer aquí (en inglés).
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