Hace poco más de un año que las escuelas de todo el país cerraron para evitar contagios de la Covid-19 . Aunque la cifra de alumnas y alumnos afectados ha variado con el tiempo, la UNESCO destaca que en la actualidad son más de 37 millones de estudiantes quienes siguen aprendiendo desde casa, usando herramientas tecnológicas .
“La pandemia puso al profesor frente a la tecnología de manera abrupta. Ya conocían qué herramientas digitales podían integrar a su trabajo pero la cotidianidad y su realidad no los había obligado a implementarlas”, comentó César Loeza, director de Educación de la asociación civil ÚNETE , dedicados a impulsar habilidades digitales en escuelas públicas.
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Para saber el impacto de las redes sociales en la educación durante la presente pandemia, esta asociación realizó la “ Encuesta Nacional a Docentes ante el COVID-19. Retos para la educación a distancia”. Entre los resultados, Loeza destacó la importancia que han tenido herramientas de comunicación como Facebook y WhatsApp para mantener el contacto entre profesores y alumnos, así como con sus padres o tutores.
Este estudio demostró que en buena parte del país Facebook ha sido una de las principales herramientas de comunicación entre docentes y estudiantes , más en la zona noroeste. Mientras que los estados de las zonas occidental y sur se han apoyado en Messenger y WhatsApp , seguidos de otros recursos como llamadas a celular, Instagram o Twitter .
Nuevas dinámicas para la interacción educativa
El uso de estas plataformas adquiere mucha más relevancia al tomar en cuenta otro de los objetivos de las escuelas , aparte de aprender, que es formar comunidad . Este es un elemento que profesores y estudiantes han adaptado muy bien al entorno digital. “En la pandemia tenemos que identificar cómo el maestro, más allá de la clase, logra crear comunidad para establecer vínculos entre los demás. Es ahí donde hemos visto la riqueza del uso de distintas aplicaciones ”, añadió Loeza de ÚNETE.
Tal es el caso de la mensajería instantánea de WhatsApp donde la asociación ha descubierto diferentes usos que demuestran el potencial creativo de las y los profesores para llegar a todos sus estudiantes y motivarlos a seguir estudiando.
“Vimos que un profesor graba cápsulas para motivar a su grupo a estudiar y hacer las tareas sin importar que la envíen días después ya que él sabe que las y los niños trabajan en el campo con sus papás. Después, les envía una cápsula explicando el ejercicio y un cuadernillo en PDF que bien pueden imprimir o copiar en su cuaderno para resolverlo”, destacó Loeza.
Además, en cuanto a la percepción de las y los docentes sobre la integración de soluciones tecnológicas a su trabajo, el estudio destaca que en promedio 72% de ellos tienen una postura positiva y están dispuestos a ser asesorados para aprovechar sus opciones, liderados por profesores que tienen de 20 a 29 años, con 79%, y los que tienen entre 50 y 59 años con 75%.
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Loeza destacó que esto puede llevarnos a una nueva definición de lo que un docente debe realizar, siempre y cuando haya disposición a la transición. “Viene una nueva definición del perfil docente y la incorporación de maestros con nuevas habilidades con el objetivo de poner al estudiante en el centro de la enseñanza. Además, es importante que en el futuro cercano se asegure una transición fluida a estas herramientas y lograr una integración natural”.
Finalmente, el directivo destacó que hay que agregar lo aprendido a las prácticas que volverán junto a la nueva normalidad , una vez que las y los estudiantes regresen a los salones de clases. “Estos avances deben ser puestos en juego en el futuro inmediato y no debemos regresar a lo que hacíamos antes de la pandemia , al contrario, hay que añadir nuevas dinámicas que son necesarias para llevar la educación a un puerto mucho más estable”.