Texto de Sandra Hernández, X-Photographer de Fujifilm y especialista en street photography.


Cada vez que doy una conferencia o imparto un taller, surge la inevitable pregunta: “¿Cómo hacer para que la gente no note nuestra presencia en las calles? En otras palabras: ¿cómo ser invisibles?”

En un principio me limitaba a dar los consejos de siempre: disparar desde la cintura, no hacer contacto visual con la gente, etc. Pero, de un tiempo para acá, he meditado más esta respuesta y ahora respondo tajantemente: ¿realmente creen que es posible ser invisible?

Con esta pregunta quisiera comenzar esta reflexión. Si hay algo que he aprendido durante los años que llevo practicando street photography es que, para lograr encuadres complejos, con un contenido más emocional, más personal, es imperativo vincularse de una u otra forma con la gente y, para ese fin, les tengo una mala noticia: es imposible ser invisible.

Imagen: Sandra Hernández, X-Photographer de Fujifilm
Imagen: Sandra Hernández, X-Photographer de Fujifilm

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¿Dónde radica, entonces, el secreto de una buena foto espontánea, donde podamos sentir cierta cercanía, casi intimidad, con nuestros personajes? Más que ser invisibles, nuestro objetivo debe ser que la gente se sienta cómoda con nuestra presencia.

Todo esto es más simple de lo que parece y les enumeraré algunas variables para lograrlo:

1. Actitud: Si nos ven rondando por ahí con temor, escondiendo la cámara y haciendo gestos de que no queremos ser descubiertos, lo más probable es que levantemos sospechas y eso pondrá a la gente a la defensiva. La actitud ideal es mostrarnos relajados y confiados porque no estamos haciendo nada malo o incorrecto.

2. Intuición: Para afinar y afilar nuestra intuición es importante aprender a leer el lenguaje corporal de las personas. Esa es una gran herramienta que nos permitirá percibir la incomodidad de la gente y saber cuándo debemos parar o retirarnos del lugar. Ninguna foto vale un pleito, así que, en el momento que percibo molestia, me detengo.

3. Trabajar la escena: Trabajar la escena tiene muchas ventajas y una de ellas es que nos obliga a permanecer cierto tiempo en un mismo lugar, lo que ayuda a que las demás personas se “acostumbren” a nuestra presencia y con ello nos ignoren.

Imagen:  Sandra Hernández, X-Photographer de Fujifilm
Imagen: Sandra Hernández, X-Photographer de Fujifilm

4. Avisar: Muchas veces llego a un lugar y, si veo que la gente en general muestra curiosidad por lo que hago (de nuevo, el lenguaje corporal), únicamente digo algo como estaré tomando fotos por aquí, ¿les molesta?. Solo en un par de ocasiones me han respondido que sí les molesta, casi siempre la gente accede y sigue haciendo lo suyo. De esta forma, tener la cortesía de avisar nos ayudará a obtener un permiso implícito.

5. Ser accesibles: Si alguien se acerca a preguntarte qué haces o por qué, hay que responder de la manera más honesta y amable posible. Si nos ponemos a la defensiva, detonaremos un sistema de alerta en los demás que nos puede traer problemas. Se sorprenderán positivamente al ver la reacción de la gente cuando les explicamos lo que hacemos. Y, si les piden borrar alguna foto, háganlo.

Espero que estas reflexiones sean de utilidad en su práctica fotográfica. Si quieren continuar la conversación, les invito a seguirme en mi Instagram .

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