Trabajar desde casa tiene sus ventajas: ahorra en gastos de traslado, escuchar la música que se desea e, incluso, comer más saludable (además de que esto también representa menos gasto). Sin embargo, pasar muchas horas sentados frente al monitor o un escritorio, también nos puede pasar factura en forma de lesiones o dolores físicos.
Debido a la contingencia sanitaria, muchos trabajadores ahora realizan sus labores de manera remota. Sin embargo, es importante señalar que las malas posturas, y sus consecuencias, nos afectan de la misma manera, sin importar si estamos en casa o en oficina.
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Antes de hablar de posturas específicas, es importante mencionar que la actividad física es necesaria en esta época de distanciamiento social. Tomarse descansos en el trabajo, y levantarse de la silla, más que un lujo, es necesario y recomendable para evitar sobrecargas articulares. Actividades sencillas como caminar en casa, estirar suavemente los músculos y relajar los hombros y cuello pueden ser beneficiosas.
1. No dobles la espalda. Al sentarse con la espalda doblada, la columna no queda recta y puede causar fuertes dolores en esa parte del cuerpo. Para lograr mejorar esta postura, sólo es necesario acomodar la silla donde trabajas para que la profundidad de la misma coincida con el largo de tus caderas; es decir, que al sentarte tu espalda repose de manera relajada en el respaldo. Además, este último debe tener una curva natural. Si la silla es muy grande, un cojín detrás de la cintura podría ser una buena alternativa para evitar tensión y dolores en la espalda. Asimismo, es importante que los pies toquen el suelo.
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2. No tenses las manos. Para evitar dolores en las manos y articulaciones de las mismas, además de entumecimiento o lesiones (como síndrome del túnel carpiano), es necesario poner las manos en la postura correcta. Es decir, se debe adoptar una posición con hombros y antebrazos de manera tal que tanto el teclado como el ratón queden a la altura del codo; los brazos deben estar en un ángulo de 90° y el antebrazo reposar en el escritorio. Además, las muñecas deben mantenerse rectas y evitar desviarlas o torcerlas hacia los lados.
3. Evita dolores de cuello. Después de ocho horas frente al monitor, es común generar tensión en la zona del cuello, lo que se traduce en dolor posterior. Para evitar este malestar, se recomienda poner el monitor de tal manera que quede a la altura de los ojos. Además, éste debe estar frente a nosotros, no de lado. Para lograr esto, se puede utilizar una base para monitor, en caso de ser necesario.
4. Parpadea. Esto podría ser una obviedad. Sin embargo, el uso por tiempos prolongados o excesivo de una PC puede disminuir el número de parpadeos, provocar sequedad ocular y el “síndrome visual” (situación donde la vista se torna borrosa, se secan e irritan los ojos e incluso, la cabeza puede llegar a doler). Para evitar esta situación, se pueden tomar breaks oculares: cada hora (máximo cada dos), tomar veinte segundos para desviar totalmente la vista del monitor para descansar los ojos. Además, se debe colocar el monitor al nivel de los ojos a una distancia de 50 centímetros. También las gotas oculares pueden ser de ayuda, pero para hacer uso de ellas, consulta a un profesional de la salud antes de tomar cualquier decisión.
5. Evita cruzar las piernas. Cruzar las piernas, aunque es un hábito común, causa estragos en la circulación sanguínea y fomenta una mala postura. Para evitar caer en la tentación, debes ajustar tu silla de tal manera que ambos pies toquen el piso y no queden suspendidos en el aire. También, evita hacer presión debajo de las rodillas. Te puedes ayudar de un reposapiés, si lo consideras necesario.
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