El satélite de la Tierra apareció anoche de un tamaño mayor al que suele verse, un efecto óptico derivado de la cercanía que alcanza en su órbita elíptica en torno a nuestro planeta, posición que no volverá a alcanzar sino hasta dentro de 18 años

El fenómeno, conocido como superluna, llegó a su punto más luminiscente en Norteamérica antes del amanecer del lunes