Ambos depositaron sobre la mesa enmantelada de fieltro verde sus bártulos de guerra. Videgaray, tres cuadernos y una regla de cálculo. Trump, una lata de coca cola "light"

Tranquilos, no importa. Todavía hay aire para respirar, agua para beber. Todavía podemos hacer pan y vino. Todavía estamos acá para abrazarnos unos a los otros