Hoy más que nunca debemos exigir la tranquilidad de nuestras juezas y jueces. Debemos condenar cualquier intento de presión para alterar esa estabilidad
Hoy más que nunca debemos exigir la tranquilidad de nuestras juezas y jueces. Debemos condenar cualquier intento de presión para alterar esa estabilidad