A Marilú y a Ever el sismo los golpeó en el estacionamiento, ella logró salir sola y a su esposo lo rescataron de debajo de una viga, pero murió en el hospital.

Rodolfo, un obrero, quedó en los escombros del edificio de A. Obregón; un día antes del sismo se enteró que podía donarle el órgano a su hijo