Ni el mejor publicista millenial de nuestros días podía desarrollar mejor campaña mediática para la Selección como la que detonó el mejor goleador en la historia del Tricolor.

¿Hasta dónde va a llegar la manipulación de un sistema que, cuando se aplica correctamente, evita las injusticias, pero cuando se trata de proteger a los niños consentidos de la FIFA, actúan como si fuera la Cosa Nostra?