La Liga de Campeones de la Concacaf ha llegado a ese momento en que puede convertirse en un torneo incómodo para algunos de los equipos, técnicos y jugadores que participan en busca del título de la zona, un campeonato que da el boleto al Mundial de Clubes y que, de no lograrse, generaría grandes dudas y un entorno sumamente nocivo para aquellos que se queden en la orilla