Cada año, cientos de miles de migrantes indocumentados de todas partes del mundo cruzan por el territorio mexicano en su intento por llegar a Estados Unidos y mejorar su calidad de vida. Han sido desterrados de sus lugares de origen por la extrema pobreza, la inflación, los conflictos armados, la violencia del narcotráfico, los fenómenos naturales, las pandillas y los regímenes políticos autoritarios.