Andrés no vive en 1938, México no es ya tan inocente, el mundo, se quiera o no, le influye demasiado, el hartazgo camina demasiado rápido y se transforma en volatilidad, en lo voluble, en lo frívolo, por lo que 30 millones de votos no le bastan para ser el nuevo Tata, no en el siglo XXI