El perdón tiene una dimensión política que poco o nada tiene que ver con emociones reales, sino que se erige en instrumento para lograr ciertos objetivos políticamente rentables.
De haberse hecho un recuento de votos en 2006, y aun así ganado Calderón, hubiera gozado de mayor legitimidad, y probablemente no se hubiera precipitado en una estrategia anticrimen sin pies ni cabeza.
José Antonio Crespo27/06/2016
La voz de las urnas
El 29% del electorado es, por ahora, el piso electoral del PRI, por lo que es precipitado darlo por derrotado para 2018