En efecto, tras haberse perdido el consenso en el Consejo General en 2003, al acordar el PRI y el PAN dejar fuera al PRD, algunos académicos propusimos la creación de una comisión formada por expertos apartidistas que llevaran a cabo la selección de candidatos, y así elevar la probabilidad de nombrar consejeros sin militancia, sin compromisos directos con partidos y jefes políticos, como fue la tónica desde 1991. A esa propuesta se fueron sumando diversas organizaciones cívicas bajo el lema “Ni