Arnaldo Coen es un jugador creativo. Con rigor y sentido del humor inteligente ensaya ritos y formas, idea convenciones y transgresiones, imagina provocaciones...

No podía dejar de revelar una literatura íntima en el devenir cotidiano y esa literatura puede inducir a adivinar una mujer peculiar, insólita, que se creía simple, que se sabía simple.

Nada está muerto en este libro que se ha publicado después de la muerte de Gerardo de la Torre; es como seguir platicando con él y volver a oírle las historias y anécdotas que solía contar