Desde la antigua Grecia hasta Borges, Paz y Sontag, los laberintos han sido tema en la literatura. Esta figura de la arquitectura es símbolo de la confrontación de la imaginación y sus límites.

La lectura es la mejor forma de entrenar nuestro cerebro para desarrollar un pensamiento abstracto; esta práctica, que también es lúdica, debe ser fundamental en el sistema educativo para la formación cognitiva de los niños