Los escenarios de terror que se viven a lo largo y ancho del país solo dejan en evidencia que las estrategias de seguridad en todos los niveles están atravesando un momento de caos.

La prevención no solo debe ser dirigida a las mujeres, sino a los hombres, ya que detrás de cada acto violento existen roles de género, estereotipos, prácticas y creencias equivocadas asociadas a la masculinidad.