Qué pequeños resultan la mayor parte de nuestros políticos, aferrados a parcelas de poder que necesitan para completar su personalidad y sin las cuales son incapaces de encontrarle sentido a sus vidas.

Iztapalapa ha tenido una buena administración pública, con resultados palpables y, no menos importante, sin evidencia de corrupción. Fue la única alcaldía que no tuvo un solo monto por aclarar en cuatro años.

En su obsesión por diferenciarse de su antecesor, Marcelo Ebrard, la secretaria Bárcena decidió apostar a destrabar la negociación del Acuerdo México-Unión Europea, entrampado desde 2016, pero sin éxito.