Qué pequeños resultan la mayor parte de nuestros políticos, aferrados a parcelas de poder que necesitan para completar su personalidad y sin las cuales son incapaces de encontrarle sentido a sus vidas.

Iztapalapa ha tenido una buena administración pública, con resultados palpables y, no menos importante, sin evidencia de corrupción. Fue la única alcaldía que no tuvo un solo monto por aclarar en cuatro años.