En México, la vocación gesticuladora y el influyentismo favorecen la impunidad del plagiario: está por encima de la leyy de la grey
Todo es gratis
Salvo estado de insolvencia absoluta por previa tragedia, el apetito de gratuidad se mancha de avaricia e incluye un tanto de mendicidad
Insultar a alguien por viejo equipara la edad con los “defectos” que se supone que la edad agrava. Es común injuriar diciendo “tonto senil”, es decir, es tonto por senil o por senil es tonto
La politización de tales “enemigos” consistió en defender a la comunidad del CIDE que insiste en que el nombramiento del director se haga de acuerdo al reglamento, y no por el dedazo de Álvarez-Buylla
Un plagio leído en un seminario académico no es me-nos grave que uno publicado. Más grave es hacerlo en un seminario presidido por la directora Álvarez-Buylla, líder de la honestidad científica
Los poderosos se empeñan en presentar a la libertad de expresión como un regalo de su tolerancia y no como un derecho que nos tomó décadas conseguir...
Nuestro Supremo tiene a su alrededor un puñado de sentimentales insípidos...
Para El Supremo, la hipocresía es sinónimo de simulación, lo más opuesto moralmente a él
Yo no creo en la grandeza. El mexicano es ignorante, violento, tonto, fanático, corrupto, ladrón, abusivo, caprichoso, cursi, temperamental, alcohólico...
La retórica lo llama “plural mayestático”: el majestuoso plural que los reyes o los papas comenzaron a emplear para retacar en su individualidad la representatividad tumultuaria