El arte tendría que ser capaz de alterar la imaginación y estimular la sensibilidad humana. No existe arte conservador, pues ello sería una contradicción evidente

El amor es una enfermedad —como llegaron a pensar los griegos—, una especie de rabia que se apropia de nuestra conciencia y nos ciega

El juego, la burla socarrona, el desplante romántico o el atisbo de locura literaria traen vida al mundo, a lo social y sobre todo al ánimo individual.