“Y, y, y…”
Todo ello me hizo darme cuenta del “y…” que dejamos de ver en la cima, cancelado por el ego
Todo ello me hizo darme cuenta del “y…” que dejamos de ver en la cima, cancelado por el ego
Lo que llamaba la atención es que Pablo nunca tenía prisa, nunca manifestaba estar pendiente del reloj
No se ama a alguien porque se necesita, se necesita porque se ama
Sentí, en tres ocasiones, un vacío angustioso que me avisaba de la cercana partida de Pablo
Apenas ha pasado un mes desde la partida de Pablo, mi adorado esposo. Mi cerebro se encuentra en una especie de parálisis mental y en el corazón tengo un vacío emocional...
“Ya habrá tiempo”, me decía, con ese pensamiento mágico que nos duerme ante la realidad de la muerte
En la familia, Pablo es como el para-guas que acoge a los demás. Bajo su protección nos sentimos a salvo, amados y apoyados
Con frecuencia olvidamos reconocer a quienes, en etapas cruciales de nuestra vida, como la niñez y la adolescencia, contribuyeron a formarnos y definirnos
Nos acostumbramos a la ansiedad a tal grado que ésta maneja nuestras vidas, ya que adquiere todo el poder
Ese medio tiempo que nos hace preguntarnos: “¿Qué sigue?”