Septiembre de 1986, mi primer día de clases en la Universidad; bajé del autobús y me encaminé rumbo a la Facultad de Filosofía y Letras, todavía no llegaba y ya sentía un halo de inspiración que siento hasta el día de hoy: la Biblioteca Central, Rectoría, los jardines… se estaba empezando a escribir mi vida profesional.

La Universidad Nacional ha significado para mí más que una casa de estudios. Ha sido a través de ella que aprendí la relevancia de las leyes, la importancia de cuidar las formas y el valor de la empatía a partir de la diversidad; aprendí de profesores extraordinarios y de compañeros brillantes. Me dio mentores, grandes amigos, ejemplos y lecciones de vida. Maestros únicos, como Fernando Serrano o Vicente Toledo. Fue en las aulas universitarias en donde comprendí la importancia de las grandes vir

La UNAM fue una experiencia definitiva. Una experiencia multidimensional, integral, seminal. Influyó en las perspectivas, las ideas y las convicciones en las que se apoyaría el resto de mi vida. Mucho más que salones y profesores, la UNAM es una vivencia sociológica, humana, histórica, política, nacional, fundacional. El ideal de Vasconcelos de que en la UNAM “la raza nuestra elaborará una cultura de tendencias nuevas, de esencia espiritual y libérrima”, se te mete en la sangre cuando estudias e