En los derechos humanos de los migrantes se ubica el punto más álgido y complejo de la relación bilateral México-Estados Unidos. No ha habido confrontación, pero tampoco acuerdos entre ambos gobiernos para definir políticas bilaterales que permitan avanzar, respetando los derechos humanos de los migrantes con la creación de políticas para el corto, mediano y largo plazos.