Así, por ejemplo, para dirigir los ferrocarriles nacionales escogió a un profesional de los trenes y para encargarse de la programación de la radio, eligió a un comunista comprometido con la causa. Mao marcó así una importante distinción entre los puestos que requerían de una identificación ideológica y aquellos otros que exigían de conocimientos técnicos, independientemente de las convicciones políticas de los funcionarios.