Arriaga estrenó Zapata el 10 de agosto de 1953 en Bucarest, Rumania, durante el Cuarto Festival Mundial de la Juventud. Y desde aquella noche, hasta hoy, ya sea en los grandes escenarios teatrales o en tierras zapatistas del sureste mexicano, en duela, en tierra o en cemento, no ha dejado de bailarse.

Una operación militar encubierta, ordenada desde el gobierno federal, tenía por objetivo al Atila del Sur. Nadie podía capturarlo. Fueron necesarios mil soldados para emboscarlo y matarlo a traición. A cien años del asesinato de Emiliano Zapata, recordamos uno de los días más oscuros de la Revolución