La batalla que libra se parece a la de David y Goliat: la gran fuerza de un Estado contra la debilidad de un puñado de estudiantes y docentes
La UNAM, como ninguna otra universidad pública, no está al servicio de un gobierno, ni debe asirse a su ideología.
Navegamos a ciegas, sin información ni claridad de los problemas a los que nos enfrentaremos; eso sí, con la fantasía de siempre, de que nos irá bien
En el programa diario Dos minutos de odio, las pantallas del gobierno denunciaban a sus enemigos