La muerte de Charlie Watts nos enfrenta a la inevitable caducidad de las vidas... se suponía que los Rolling Stones eran eternos
Uno no puede más que abandonarse al vértigo de la novela, a la prosa deleitosa de la autora, a su chispa, a sus referencias precisas a una época de la que lleva registro acucioso
Por más libros que se lean, películas vistas y encuentros virtuales uno necesita el sonido de la risa, el olor de alguien más...
La escritura es siempre un territorio. Es animal y darwiniana. Pienso esas locuras mientras trato de emparentar los tres libros