Me conmovió que él no pudiera ver —por lo menos como los demás entendemos— y que en la más absoluta de las oscuridades confiara su vida a la generosidad de quien lo conducía, para permitirle experimentar una vivencia tan gratificante como es correr

Con trabajos quería pararme y sentía un hueco frío en el estómago por el que se me escapaban las fuerzas. Pero finalmente, un día volví a hacerlo

Qué importante es hablar, más en estos tiempos. De lo importante, de lo no tanto, de los buenos días, de los sueños

“Practiquen el arte de detenerse, es un ejercicio milagroso”. Y sí, me dije para mis adentros, mientras bajaba y me reponía de la subida para comenzar la cuarta cuesta