Me conmovió que él no pudiera ver —por lo menos como los demás entendemos— y que en la más absoluta de las oscuridades confiara su vida a la generosidad de quien lo conducía, para permitirle experimentar una vivencia tan gratificante como es correr

Con trabajos quería pararme y sentía un hueco frío en el estómago por el que se me escapaban las fuerzas. Pero finalmente, un día volví a hacerlo