El mandatario ruso, quien se ha negado a decir cuál de las tres vacunas rusas existentes le aplicaron, señaló que “las primeras cinco horas” tras recibir la vacuna no sintió nada. Después, al levantar el brazo donde lo inyectaron, dijo haber sentido “no dolor, no, algún tipo de malestar. Pero estos fueron todos los efectos secundarios”