La apuesta por la ciencia siempre ha demostrado ser el mejor motor de crecimiento para una sociedad. Una nueva Secretaría de Ciencia en México abre las puertas de grandes retos.

Con la extinción del Conahcyt concluirá un capítulo escabroso en la política científica, a cargo de María Elena Álvarez-Buylla. Ella persiguió a científicos, eliminó fideicomisos, disminuyó las plazas de jóvenes investigadores, recortó programas e impulsó una ley que concentra el poder, desaciertos que definieron su gestión