El arte tendría que ser capaz de alterar la imaginación y estimular la sensibilidad humana. No existe arte conservador, pues ello sería una contradicción evidente

Los espectadores (vi desde bebés y estudiantes hasta gente muy mayor) pueden sentarse, acostarse o recorrer el espacio y experimentar cómo la obra les envuelve porque está en el techo, el suelo y los muros del cuarto convertidos en pantallas.